viernes, 5 de septiembre de 2014

Y por fin el País vasco


En el camino desde la estación veo ke el verde aún no ha desaparecido de Bilbao, desafía a grandes edificios sobresaliendo por encima de ellos.
Comemos en la catedral.
Menú, 6 euros

Dejamos la maleta y nos vamos a Getxo a perdernos por el puerto viejo de Algorta y sus laberintos y luego damos una vuelta por la playa.








Salimos temprano para Gasteiz. Están de fiestas, hay música y alegría en las calles ke acaban de regar y no sé ké han echado ke huelen muy bien. Damos un largo paseo y
vemos la plaza principal pero nos kedamos en la pekeña ke nos gusta más.

Una librería



Un muchacho pide un cigarro a mi hermana fumadora cuando pasamos por un centro donde los jóvenes se reunen, sigue hablando en euskera, me agrada su familiaridad.
Me tomo el primer txakolí y el primer bacalao, desde luego akí no hay tacañería con el pan, la mujer nos pone la barra casi entera, nos la tomamos entre mi hermana y yo mojando en la salsa rikísima.
Mi hermana, una madre frente a la puerta medieval



Volvemos por la tarde a Bilbao. Está animado pero se puede pasear sin agobios. Damos una vuelta por el casco antiguo ke es más grande y bonito de lo ke pensaba y acabamos en la escalera donde cenamos bien acompañadas y con buenas vistas. Me alegro de habernos kedado akí, no es ke sea la ciudad más bonita del mundo, pero es cómodo, gracioso y se hace kerer.



Muy cerca está el barrio árabe, el restaurante típico árabe tiene una bandera gigante del atleti y en la tienda compramos unas cosillas para desayunar mañana. Aunke no nos parecemos mucho no tarda en darse cuenta ke somos hermanas.




Getaria. Aaaaaaaah! como no llevo control del tiempo no me había dado cuenta ke era domingo.



Un poco de paz





Todos los bares están llenos, a duras penas encontramos un sitio para comer donde se pueda respirar.

Por la tarde nos acercamos a Donosti ke está muy cerkita. Allí también es domingo.




Se ve muy bonito todo desde el paseo pero me marea la multitud así ke disfruto desde fuera, me distraigo haciéndole fotos a la playa mientras escucho la música negra ke suena

En el camino de vuelta para el autobús me sorprendo pk no me había dado cuenta antes de lo bonita ke era, llueve.

Como está lloviznando y hemos llegado muy de mañana, aparte de nosotros y los pajarillos sólo hay una mujer, muy cantarina, ke disfrutaba de su soledad en el mar de Castro-Urdiales. Me mojo los pies pero las olas acaban poniéndome chorreando la falda.






Luego echamos un buen rato entre las rocas. En Castro hay muchos sitios para ke el agua juegue y cuevas.

                               


El puerto


La iglesia



Se supone ke hemos salido del País vasco pero en la taberna donde comemos en un ambiente casi familiar la tele habla en euskera.
El monstruo de Castro-Urdiales, así suena el mar y el viento atrapados debajo de las rocas. Está todo lleno de cristalitos, echo de menos unas zapatillas.


Por la tarde tenemos suerte de pillar la basílica abierta.





Volvemos pronto a Bilbao y cenamos en nuestra escalera después de un paseíto bordeando la ría.

Se ven muchas familias paseando con sus viejos, con sus sillas de ruedas...

 

 Lekeitio.

Entramos en una iglesia para ver a la birjiña.



Así luce Lekeitio por la mañana






Me da alegría encontrar un rincón flamenco, nos tomamos un salmorejo a compás de Duquende, Morente.. y nos vamos a dar otra vuelta por Lekeitio y a tomarnos unos pintxos. Todo cambia de la mañana a la tarde, sobre todo la playa


















El camino hasta llegar a Elantxobe, verde y agua viva, con árboles altísimos por arriba y por abajo ke se confunden unos con otros. Cuando llegamos veo cómo la plataforma de la plaza le da la vuelta a nuestro autobús.







Enseguida empieza a llover, como no llevamos paraguas  nos resguardamos por akí  a esperar ke amaine pero no para hasta ke volvemos, nos distraemos viendo el espectáculo.





Suerte ke la plaza tiene una parte cubierta, improvisamos un mantel y nos tomamos los bocadillos ke traemos desde Bilbao.

Para ir a Hondarribia pasamos primero por Hendaia para coger allí el barkito, desde el autobus vemos la famosa estación donde los dos genocidas se dieron la mano. Prefiero ver la playa.



Hondarribia  





 





Y la plaza con sus casas de muñecas



Comemos pintxos bien cargaditos ke los ponen y rikísimos  aparte de bonitos. El precio es el típico en todas partes 1,50, salvo por la noche cuando kedan pokitos ke los puedes encontrar por un euro. Comer es una de las grandes ilusiones en el País vasco.

Ahí está mi hermana cogiendo el segundo de pastel de carvalho.

Mira una foto antigua de Hondarribia


Pasai Donibane.
Es muy chikito, después de recorrer sus calles de fantasía nos vamos al Puerto




La plaza


En el camino de vuelta pasamos por Deba, están en fiestas



Bilbao amaneciendo.
Damos una vuelta bordeando la ría otra vez, le favorece la luz de la mañana


LLegamos pronto a Mundaka.

Hace un poco de frío, viento y empieza a llover más fuerte 





Pero esta vez venimos preparadas Akí estamos, impermeabilizadas.




Mi hermana ke está hecha una artista



Nos acercamos a Bermeo, está cerrado el museo del pescador y como ha llovido todo el día en el puerto están todos los barcos. Habrá ke volver algún día. Eso sí, me he jalao un bacalao al pilpil para chuparse los dedos.



Mi hermana con la familia de los pescadores.








Ah se me olvidaba, moverte dentro de  Biscaia sale  barato, pero si te sacas la tarjeta Barik mejor todavía, te descuenta bastante en cada viaje, aparte ke es muy cómodo.


Ultimo día. Menos mal ke el autobús sale tarde y nos da tiempo a echar un buen rato en Ondárroa-Mutriku.


Nos vamos al puente viejo, allí entablamos conversación con un hombre mayor, le gusta contar cosas y nos anima a preguntar. El País vasco es como una abuela: cocinan bien y natural, si preguntas una dirección te explican por cual de las dos aceras te resultará más fácil para luego cruzar, si te ven cara de no haberte enterado del todo, te lo repiten una y otra vez de otra forma, te responden a lo ke no preguntas pero puede ke te interese saber, te ponen mucho pan con la comida…





Empiezan las fiestas hoy precisamente. Esto sí ke es un regalo de despedida. Válgame Dios como olían esos marmitakos


Disfrutamos del pasacalles


Y por fin Aliliiiiiiii


Echamos un buen rato de fiesta.
ké penita despedirme de Ondarroa Y del País vasco



Volvemos a Bilbao para coger el autobús, nos despedimos de nuestro barrio donde nos tomamos el último txakolí. Han empezado las fiestas ke nos perderemos pk ya volvemos.

(Continuará)